viernes, 20 de agosto de 2010

Este mundo repleto de imbéciles y mediocres

Dice Crick que nuestros cerebros altamente complejos y desarrollados no evolucionaron para descubrir las verdades científicas, sino simplemente para hacernos más inteligentes y cooperativos a fin de poder sobrevivir, reproducirnos y perpetuar la especie.
 
El mensaje que habrá que rescatar de todo esto es: no perdamos la esperanza, quizás vengan los tiempos en que en este mundo repleto de imbéciles y mediocres, de gente tan superficial y estúpida, la diversidad permita el surgimiento de hombres y mujeres excepcionales. Recordemos que:  “Kepler nació de la copulación de un militar borracho y de una bruja. En su época, los psicóticos eran por lo general acusados de brujos. (...) La diversidad es un factor esencial de la evolución puesto que es la que permite las "mezclas" más variadas.(...) El progreso puede nacer de la diversidad de conceptos, de la diversidad de las soluciones originales ante un problema planteado. (Laborit, Henri, 1975)”.
 
Uno de los muchos consejos que el filósofo de Samos, ofrecía a sus alumnos era que no desesperaran ni desanimaran de la especie humana. Con el tiempo, el barro se convierte en mármol.
Por lo tanto, aún en este mundo tan vacío y estúpido, existe la esperanza que los individuos algún día cambiarán para desarrollar una vida distinta a la actual, en la que seamos más racionales, en la que existan menos imbéciles, en que la razón triunfe sobre la sin razón y seamos más responsables con nosotros mismos, como condición para ser responsables con los demás.
Y así como las estrellas alcanzan su final brillante al colapsar bajo la acción de su propia gravedad para crear nuevas estrellas y los elementos básicos (carbono y oxígeno) que dieron origen a la vida, así el ser humano alcanza su verdadera apoteosis cuando asume con responsabilidad sus acciones en todos los momentos de su vida, consciente de sus limitaciones y de la finitud de su existencia; pero, también consciente de que forma parte de una comunidad planetaria.
 
Ojalá, en un futuro no muy lejano, podamos repetir todos las palabras de Rabindranath Tagore:
 
No puedo elegir lo mejor.
Lo mejor me elige a mí.
Lo mejor no viene solo.
Viene con la compañía del Todo.

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