Quizás muy pronto comencemos a ver en nuestros supermercados una nueva generación de alimentos altamente nutritivos capaces de fortalecer la salud de los consumidores.
(BBC Mundo) - Uno de estos alimentos que habrá en el futuro es el queso probiótico, desarrollado por los científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina, elaborado con un alto contenido de bacterias probióticas.
Tal como dijo a BBC Mundo el doctor Jorge Reinheimer, director del proyecto, "este producto es mucho más que un alimento, y es el primer queso probiótico que se desarrolla en América Latina".
Beneficios
Los productos probióticos aparecieron por primera vez en el mundo en la década de los 90 y hoy en día existen varios ejemplos de yogures que ya han demostrado sus beneficios nutricionales.
Pero la elaboración de los quesos probióticos es mucho más complicada, ya que apenas comienza a desarrollarse la tecnología.
Inicialmente este medicamento-alimento fue recomendado para personas que padecen alguna deficiencia en el sistema inmunológico, pero ahora se conocen ya otro tipo de beneficios como la producción de vitaminas, la protección contra infecciones e, incluso, la prevención del cáncer.
"Un alimento probiótico está elaborado con un alto número de bacterias específicas que influyen positivamente en la salud del consumidor", señala Jorge Reinheimer.
Cuando la persona ingiere el producto, las bacterias llegan vivas al intestino grueso, pueden instalarse y sobrevivir en el tracto intestinal y desde allí ejercer todo tipo de efectos beneficiosos para la salud del individuo.
"Los efectos que ejercen estas bacterias una vez que se instalan en el intestino son variados", señala Jorge Reinheimer.
"Son capaces de estimular el sistema inmunológico, aumentando las defensas del organismo contra infecciones de virus o bacterias, reducen el nivel de colesterol en la sangre, son capaces de disminuir la duración de diarreas, particularmente en el caso de niños", dice.
"Y a través de ensayos realizados en ratones, se ha visto que estas bacterias tienen una actividad antitumoral que podría ayudar para prevenir el desarrollo de cáncer", agrega.
Superalimentos
Estos productos "supersanos" son, en realidad, un alimento tradicional enriquecido con bacterias probióticas y, tal como señalan los investigadores, en el futuro los consumidores estaremos mucho más habituados a consumir este tipo de bioalimentos.
Y lo principal es que estarán al alcance de los consumidores.
"En estos momentos en Argentina la mayoría de los yogures que se ven en el supermercado son yogures probióticos", dice Reinheimer "y el costo sólo es ligeramente superior al de un yogur tradicional".
Por el momento, los cultivos de bacterias probióticas que se utilizan en la elaboración de bioalimentos deben ser importados a Argentina, pero cuando esos cultivos puedan producirse en el país, los costos disminuirán.
Y tal como señala Reinheimer, aunque todas las personas pueden gozar de los beneficios nutricionales de los bioalimentos, éstos serán una herramienta particularmente útil para las poblaciones infantiles de bajos recursos, víctimas de las mayores amenazas a la salud en América Latina: la desnutrición y la diarrea.
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